los primeros seres humanos genéticamente modificados.
La revelación de que 30 bebés sanos nacieron después de una serie de
experimentos en los Estados Unidos provocó otro fuerte debate acerca de
la ética.
Hasta el momento, se ha comprobado que dos de los bebés contienen genes de tres “padres” distintos.
Quince niños genéticamente modificados han nacido en los últimos tres
años como resultado de un programa experimental en el Instituto de
Medicina Reproductiva y Ciencia de San Bernabé, en Nueva Jersey, EEUU.
Los bebés nacieron de mujeres que tenían problemas para concebir. Los
genes extra de una donante femenina se insertaron en sus huevos antes de
que fueran fertilizados, en un intento para que lograsen concebir.
Pruebas de huellas genéticas digitales efectuadas en dos niños de un
año de edad confirman que han heredado el ADN de tres adultos – dos
mujeres y un hombre.
El hecho de que estos niños hayan heredado genes extra, y los han
incorporado a su “línea germinal” significa que, a su vez, tienen la
capacidad de transmitirlas a sus propios hijos.
La alteración de la línea germinal humana – de hecho, retocar la
estructura de nuestra especie – es una técnica rechazada por la inmensa
mayoría de los científicos del mundo.
Los genetistas temen que un día, este método podría ser utilizado
para crear nuevas razas de humanos con deseadas características extras,
tales como la fuerza o la inteligencia superior.
Escribiendo en la revista, los investigadores, dirigidos por
la pionero en fertilidad, el Profesor Jacques Cohen, dice que este “es
el primer caso de la modificación genética germinal humana que resulta
en niños normales y sanos.
Algunos expertos criticaron severamente los experimentos. Lord
Winston, del Hospital Hammersmith en el oeste de Londres, dijo a la BBC
ayer: “En cuanto al tratamiento de la infertilidad, no hay evidencia de
que esta técnica vale la pena (hacerlo). . . Estoy muy sorprendido de
que incluso se llevó a cabo en esta etapa. Sin duda, no se permitirá en
Gran Bretaña.”
John Smeaton, director nacional de la Sociedad para la Protección de
los Niños no Nacidos, dijo:
“Uno tiene gran simpatía por las parejas que
sufren problemas de infertilidad. Pero esto parece ser un ejemplo más
del hecho de que el proceso de la fecundación in vitro, como un medio de
concebir, encamina que se considere a los bebes como objetos en una
línea de producción.”
“Es un paso más allá para la humanidad, además de ser muy
preocupante, por el camino equivocado.” El profesor Cohen y sus colegas
diagnosticaron que las mujeres eran infértiles porque tenían defectos en
las estructuras diminutas de sus óvulos, llamados mitocondrias.
Ellos tomaron óvulos de donantes y, con una aguja fina, aspiraron
parte del material interno – que contiene mitocondrias “saludables” – y
lo inyectaron en los óvulos de las mujeres que querian concebir.
Debido a que mitocondria contiene genes, los bebés que resultaron del
tratamiento han heredado el ADN de las dos mujeres. Estos genes ahora
se pueden pasar por la línea germinal a lo largo de la línea materna.
Un portavoz de la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología
(HFEA por sus siglas en ingles), que regula la tecnología de
“reproducción asistida” en Gran Bretaña, dijo que no autorizaría la
técnica aquí porque se trataba de modificar la línea germinal.
Jacques Cohen es considerado como un científico brillante pero
controvertido que ha empujado los límites de las tecnologías de
reproducción asistida. Desarrolló una técnica que permite a los hombres
infértiles a tener sus propios hijos, mediante la inyección de ADN de
esperma directamente al óvulo en el laboratorio.
Antes de esto, sólo las mujeres infértiles eran capaces de concebir
mediante fertilización in vitro. El año pasado, el profesor Cohen dijo
que su experiencia le permitiría clonar niños – una perspectiva tratada
con horror por la comunidad científica dominante.
“Sería el trabajo de una tarde para uno de mis estudiantes,” dijo, y
agregó que había sido contactado por “al menos tres personas que deseen
crear un niño clonado, pero había rechazado sus peticiones.
Fuente: Cañasanta