¿Cómo la Reserva Federal podría enmendar la economía, y por qué no lo ha hecho?
Publicado el 24 de febrero de 2013 por Ellen Brown en el Blog ¡Telaraña de deuda!
La flexibilización cuantitativa (QE por sus siglas en inglés)
supuestamente estimula la economía mediante la adición de dinero a la
oferta monetaria, incrementando la demanda. Pero, hasta ahora, no ha
funcionado. ¿Por qué no? Porque, tal y como se ha llevado a cabo en las
dos últimas décadas, el QE de hecho no aumenta la oferta de dinero en
circulación. Simplemente limpia los balances contables tóxicos de los
bancos. Un verdadero ‘lanzamiento desde un helicóptero’ que pone el
dinero en los bolsillos de los consumidores y los negocios, todavía no
se ha probado. ¿Por qué no? Otra buena pregunta…
Cuando Ben Bernanke dio su famoso discurso del ‘dinero helicóptero’ a
los japoneses en 2002, aún no era director de la Reserva Federal.
Entonces dijo que el Gobierno fácilmente podía revertir una deflación,
sólo mediante la impresión de dinero para luego dejarlo caer desde
helicópteros. «El Gobierno de los Estados Unidos tiene una tecnología,
llamada imprenta (o, hoy en día, su equivalente electrónico)», dijo,
«que le permite producir tantos dólares como desee por prácticamente
ningún costo». Más adelante en el discurso habló sobre «un recorte de
impuestos financiado con dinero», del que dijo era «esencialmente el
equivalente al famoso ‘lanzamiento de dinero desde un helicóptero’ de
Milton Friedman». La deflación podía ser curada, dijo el profesor
Friedman, simplemente dejando caer dinero desde helicópteros.
Parecía lo suficientemente lógico. Si la oferta monetaria no era
suficiente para suplir las necesidades del comercio, la solución era
añadirle dinero. La mayor parte del dinero circulante se compone de
‘crédito bancario’, creado por los bancos cuando otorgan préstamos.
Cuando los préstamos antiguos se pagan más rápido que la velocidad a la
que se otorgan nuevos préstamos (como está ocurriendo hoy en día), la
oferta monetaria se reduce. El propósito del QE es el de revertir esta
contracción.
Pero si la deflación de la deuda es tan fácil de enmendar, entonces
¿por qué los intentos masivos de la Reserva Federal de llevar a cabo
esta maniobra no reanimaron la economía? ¿Y por qué Japón sigue
sufriendo de deflación tras 20 años de flexibilización cuantitativa?
A nivel técnico, la respuesta tiene que ver con a donde va el dinero.
La creencia generalizada de que el QE está inundando la economía con
dinero es un mito. Prácticamente todo el dinero que crea simplemente se
asienta en las cuentas de reserva de los bancos.
Esa es la explicación técnica, pero el motivo subyacente puede ser algo más profundo…
Un Intercambio de Activos no es ‘Lanzar Dinero desde un Helicóptero’
Como el QE se practica en el presente, el dinero creado en una
pantalla de computador nunca llega a la economía real y productiva. Va
directamente a las cuentas bancarias de reserva, y se queda allí. A
excepción de la pequeña cantidad de ‘efectivo en caja’ disponible para
su retiro de los bancos comerciales, las reservas bancarias no salen de
las puertas del banco central.
Según Peter Stella,
ex jefe de las Divisiones de Operaciones Monetarias y Cambio de Divisas
y de Banca Central en el Fondo Monetario Internacional:
Los bancos no prestan ‘reservas’ [...] Ya sea que los
bancos comerciales permitan que las reservas que han adquirido a través
del QE permanezcan ‘inactivas’, o las presten en el mercado bancario de
Internet 10.000 veces en un día entre ellos, las reservas totales en el
banco central al final de ese día serán las mismas.
Los bancos no pueden ‘hacer’ nada con todas esas reservas
adicionales. Los préstamos crean depósitos, las reservas no financian
los préstamos o añaden ‘combustible’ alguno a la economía. Los bancos no
prestan sus reservas, salvo en el mercado de fondos federales y, en ese
caso, la Reserva Federal siempre proporciona las cantidades suficientes
para mantener la tasa de fondos federales en su [...] tasa de interés
objetivo.
Las reservas simplemente se utilizan para compensar las cuentas entre
los bancos. Se mueven de una cuenta de reserva a otra, pero el total de
dinero en las cuentas bancarias de reserva se mantiene intacto. Los
bancos pueden prestarse sus reservas unos a otros, pero no pueden
prestárnoslas a nosotros.
El QE como se practica actualmente, no es más que un intercambio de
activos. El banco central intercambia dólares recién creados por los
activos tóxicos que afectan las hojas de balance de los bancos
comerciales. Esta estratagema mantiene a los bancos a salvo de la
quiebra, pero no hace nada por las finanzas de los gobiernos federales o
locales, los consumidores o las empresas.
¿Ignorancia del Banco Central o Sabotaje Intencional?
Otra Mirada a la Experiencia Japonesa
Esto nos lleva al motivo. Veinte años es mucho tiempo para repetir una política que no está funcionando.
estaba asesorando a los japoneses
en la década de 1990. Él dice que tenía algo muy diferente en mente de
lo que es la práctica actual. Tenía la intención de que el QE
incrementara el crédito disponible para la economía real. Hoy día, dice:
Todo lo que el QE está haciendo, es ayudarle a los bancos
a incrementar la liquidez de sus carteras mediante la eliminación de
activos de más largo plazo un poco menos líquidos y recaudar dinero en
efectivo [...] La expansión de las reservas es una política monetarista
estándar y no requería de una nueva etiqueta.
Werner afirma que el Banco de Japón (BOJ por sus siglas en inglés)
intencionalmente saboteó su propuesta, adoptando su lenguaje, pero no su
política, y otros bancos centrales han adoptado el mismo enfoque desde
entonces.
En su libro
Princes of the Yen (2003), Werner sostiene que
en la década de 1990, el Banco de Japón frustró constantemente los
intentos del Gobierno por crear una recuperación. Como se resume en una
reseña del libro:
La desaparición de los militares en la posguerra
desencadenó una lucha de poder entre el Ministerio de Hacienda y el
Banco de Japón por el control de la economía. Mientras que el Ministerio
se esforzó por mantener el sistema económico controlado que creó el
milagro económico de Japón en la posguerra, el banco central conspiró
para apartarse del Ministerio al regresar al libre mercado de la década
de 1920.
… Ellos calcularon que el sistema económico de tiempos de guerra y
los amplios poderes legales del Ministerio de Hacienda sólo podían ser
derrocados si había una gran crisis, una que se le pudiera atribuir al
Ministerio. Mientras que los observadores asumieron que todos los
gestores de políticas habían estado intentando todo lo posible para
poner en marcha la economía de Japón durante la última década, la
sorprendente verdad es que una institución clave ni siquiera se esforzó
en absoluto.
Werner afirma que el Banco de Japón no sólo obstaculizó la
recuperación, sino que de hecho creó la burbuja que precipitó la crisis:
Esos banqueros centrales que estaban a cargo de las
políticas que prolongaron la recesión, eran las mismas personas que
fueron responsables de la creación de la burbuja… [Ellos] le ordenaron a
los bancos expandir agresivamente sus préstamos durante la década de
1980. En 1989, [ellos] de repente endurecieron sus controles de crédito,
por ende derribando el castillo de naipes que antes habían construido…
Con los bancos paralizados por deudas incobrables, el banco central
tenía la llave para una recuperación: sólo este podía intervenir y crear
más crédito. Y no lo hizo, y por lo tanto, la recesión continuó durante
años. Gracias a la larga recesión, el Ministerio de Hacienda se
desmoronó y perdió sus facultades. El Banco de Japón se hizo
independiente y su poder se ha convertido en legal.
En los Estados Unidos, también, el banco central tiene la llave de la
recuperación. Sólo que puede crear más crédito para la economía en
general. Pero revertir la recesión está al final de la lista, mientras
se resucita a los bancos zombis, manteniendo el dominio feudal de una
oligarquía financiera privada.
Shinzo Abe y el Partido Liberal Democrático (PLD)
llegaron de nuevo al poder a mediados de diciembre con la promesa de una
mezcla de alto octanaje de política monetaria y fiscal para sacar a
Japón de su trayecto de dos décadas de miseria económica. Para llegar
allí, el primer ministro Abe está amenazando con una toma de posesión
hostil del Banco de Japón, el banco central de la nación. Los términos
de desistimiento pueden ser algo como esto: A menos que el Banco de
Japón esté de acuerdo con una inflación objetivo del 2%, y amplíe su
presente operación de compra de bonos del Gobierno, el gobernante PLD
podría impulsar unos nuevos estatutos del banco central a través de la
Dieta japonesa. Estos estatutos disminuirían enormemente la
independencia del Banco de Japón para establecer la política monetaria, y
le permitirían al primer ministro remover a su gobernador.
De un Banco de los Banqueros a un Banco del Gobierno
Hacer que el banco central le sirva a los intereses del Gobierno y el pueblo no es una idea nueva.
El profesor Tim Canova señala que los bancos centrales sólo hasta tiempos recientes han sido declarados como independientes del Gobierno:
La independencia realmente ha llegado a significar un banco central que ha sido capturado por los intereses de Wall Street,
intereses bancarios muy grandes. Puede que sea independiente de los
políticos, pero eso no quiere decir que sea un árbitro neutral. Durante
la Gran Depresión y en la salida de ella, la Reserva Federal recibió
indicaciones del Congreso. A lo largo de toda la década de 1940, la
Reserva Federal, no era independiente en la práctica. Recibía sus
órdenes de funcionamiento de la Casa Blanca y el Tesoro, y fue la década
más exitosa en la historia económica estadounidense.
Para liberar al banco central de la captura de Wall Street,
el Congreso o el presidente podrían seguir el ejemplo de Shinzo Abe y
amenazar con una toma de posesión hostil de la Reserva Federal, a menos
que esta dirija su manguera de crédito hacia la economía real. La
ilimitada, y casi sin intereses, línea de crédito a disposición de los
bancos, debe estar a disposición de los gobiernos federal y local.
Sin embargo, cuando
una sugerencia similar fue hecha
a Ben Bernanke en enero de 2011, este dijo que carecía de la autoridad
para cumplir. Si eso era lo que el Congreso quería, dijo, este tendría
que cambiar la Ley de la Reserva Federal.
Y eso es lo que tal vez haya que hacer, reescribir la Ley de la
Reserva Federal para que le sirva a los intereses de la economía y la
gente.
Webster Tarpley señala que la Reserva Federal les entregó 27 billones de dólares a las instituciones financieras a través de la TAF (
Term Asset Facility), el TALF (
Term Asset-backed Securities Loan Facility)
e instrumentos similares. Él propone un Fondo para la Infraestructura
que otorgue créditos en las mismas condiciones a los gobiernos estatales
y locales. Este podría ofrecer comprar 3 billones de dólares en bonos
de interés cero (
zero-coupon bonds) a 100 años, el mínimo que
se necesita actualmente para reconstruir la infraestructura del país. La
garantía que respaldaría a estos bonos sería más sólida que los papeles
comerciales de los bancos zombis, ya que estaría conformada por las
carreteras, puentes y otra infraestructura tangible construida con los
préstamos. Si los emisores de los bonos incurrieran en moratoria, la
Reserva Federal tomaría la infraestructura.
La flexibilización cuantitativa tal y como se practica hoy en día, no
está diseñado para servir a la economía real. Está diseñada para servir
a los banqueros que crean el dinero como deuda y lo alquilan a cambio
de una tarifa. El poder del dinero necesita ser restaurado a la gente y
el Gobierno, pero necesitamos de un ejecutivo y legislativo dispuestos a
enfrentarse a los bancos. Un movimiento popular podría darles el
impulso necesario. Mientras tanto, los Estados podrían constituir sus
propios bancos, los cuales podrían apalancar sus grandes capitales y
base de ingresos en créditos para la economía local.
______________
Ellen Brown es abogada y presidenta del
Public Banking Institute (Instituto de la Banca Pública). En
Telaraña de Deuda,
su último de once libros, muestra cómo un cartel privado ha usurpado el
poder de crear dinero de manos de la propia gente, y cómo esta puede
recuperarlo.
Su libro The Buck Starts Here: Restoring Prosperity with Publicly-owned Banks será lanzado esta primavera.
El Public Banking Institute celebrará una conferencia del 2 al 4 de junio de 2013 en San Rafael, California. Detalles aquí.
Telaraña de Deuda ha sido publicado por la editorial RANDOM HOUSE MONDADORI bajo el sello DEBATE. Les invitamos a leerlo haciendo clic aquí o aquí. Envíos a todo el mundo.